domingo, 1 de julio de 2012





 


Simon Bolívar: Libertador Nació en Caracas el 24 de julio de 1783  sus padres: Juan Vicente Bolívar y Concepción Palacios y Blancos

Su Educación: José Antonio Negrete   Guillermo Pelgron       Miguel José Sanz Andrés Bello   Simon Rodríguez   Padre Andujar


Venezuela  
        
 Muere: Colombia el 17 de Diciembre de 1830  


Simón Bolívar nació de un hogar aristócrata por lo cual tuvo una excelente educación, a pesar de la muerte de sus padres, cuando tenía 9 años. Uno de sus tutores fue Simón Rodríguez, quien lo introdujo al movimiento filosófico de aquella época. En 1799 viaja a España, para proseguir con su educación. Allí se casa en 1802 con María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, pero esta muere de fiebre amarilla al año siguiente, después de volver a Venezuela.


Después de los sucesos del 19 de Abril de 1810, Bolívar es enviado a Inglaterra con Andrés Bello y Luis López Méndez en una misión diplomática, para lograr el reconocimiento de la nación que se estaba formando. Regresa a Venezuela y da su discurso en favor de la independencia americana ante la Sociedad Patriótica.
Cuando Miranda es derrotado por las fuerzas realistas, Bolívar debe huir a Cartagena desde donde invade a Venezuela en 1813. En Mérida es proclamado "Libertador" y proclama la "guerra a muerte". En Agosto, toma la ciudad de Caracas y proclama la segunda república.
Después de numerosas batallas, tiene que huir a Jamaica, en donde escribe su "Carta de Jamaica". En 1817, regresa a Venezuela. Dos años más tarde, en 1819 se crea el congreso de Angostura en donde funda la Gran Colombia (Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador) y es nombrado presidente. En Agosto logra la independencia de Colombia en la batalla de Boyacá, el 7 de Agosto, y después de 2 años de luchas, la independencia de Venezuela se consolida con la Batalla de Carabobo, el 24 de Junio de 1821.



 Batalla de Carabobo

 

Posteriormente, en Agosto, gana la Batalla de Boyacá. Después de que Sucre ganara la batalla de Pichincha, en 1822, y liberara el norte de Sur América, Bolívar cruza los Andes para liberar Perú, lo cual logra con Sucre en la Batalla de Junín, el 6 de Agosto de 1824.

Mientras estuvo fuera de Venezuela, Bolívar es víctima de las rivalidades entre los caudillos que empezaban a gobernar a Venezuela y se va a Colombia, en donde muere el 17 de diciembre de 1830, en la ciudad de Santa Marta. Sus últimas declaraciones reflejan la amargura que sentía por no haber logrado su objetivo de la unión de la nueva patria: "¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro".



 
Prendercursor de la Bandera de Venezuela:    Sebastian Francisco de Miranda    Nació 28 de Marzo de 1750  Muere el 14 de Julio de 1816 
  Izo por primera vez el tricolor venezolano: En la rada de Jacmel Haití El 12 de marzo de 1806     Miranda desplegó nuevamente el tricolor Venezolano El 03 de Agosto de 1806
El 12 de marzo de 1806 flameó por primera vez la bandera que, con algunas modificaciones, habría de adoptar Venezuela. Este hecho memorable no ocurrió en aguas venezolanas, sino en la rada de Jacmel, Haití, por obra de su creador, Francisco de Miranda.
Miranda fue, en verdad, algo más que un Precursor. Alfonso Rumazo González lo califica de Protolíder, es decir, el primer líder de nuestra independencia. En efecto, mucho antes de que Bolívar naciera, mucho antes de las insurrecciones de Chirino y de Gual y España, ya Miranda luchaba por la libertad.
Es Miranda quien inventa la palabra Colombia. Quiere darle ese nombre, en homenaje a Cristóbal Colón, a toda la América del Sur que se propone libertar. Con 20.000 dólares que donó el comerciante Samuel Ogden, y otras contribuciones, Miranda compró un buque de 180 toneladas, que bautizó con el nombre de su pequeño hijo, «Leander» (Leandro).
Este barco lleva a bordo el cargamento más heterogéneo que se haya visto jamás. La oficialidad está integrada por polacos, franceses, austríacos, norteamericanos, etc. La tripulación es cualquiera. La que primero aparezca. John Fink, carnicero muy popular, es el encargado de reclutar a los vagos y maleantes de los muelles de Nueva York o en los bajos fondos de Brooklyn.
Con aquella abigarrada tripulación se hizo a la mar en Staten Island el domingo 2 de febrero de 1806. Se dirige a Haití, donde debe reunir más gente. En 17 días de feliz navegación, ya está en Haití. Miranda agota los recursos para lograr que se fleten dos pequeñas goletas: la Bachus (Baco) y la Bee (Abeja).
Estando aún en la rada haitiana, Miranda iza el pabellón tricolor. Esa bandera tiene los colores del iris: amarillo, azul y rojo.
Es el 12 de marzo. El momento solemne lo preside Miranda. Es entonces cuando aquel hombre extraordinario lanza al aire unas encendidas palabras, como si estuviese poseído del espíritu de Don Quijote, y de inmediato hace prestar a todos un juramento ante la Bandera de Colombia, una República que aún no existía.


Este fue el juramento: «Juro ser fiel al libre pueblo de Sur América, independiente de España, y servirle honesta y lealmente contra sus enemigos y opositores y observar y obedecer las órdenes del supremo gobierno de este país legalmente constituido y a las órdenes del general y oficiales superiores a mí». Así nace Bandera venezolana, aunque todavía no iba a flamear en nuestras costas, porque las autoridades venezolanas estaban avisadas. Cuando ya Miranda estaba frente a Ocumare de la Costa, en la madrugada del 28 de abril, lo atacaron ferozmente durante 40 minutos. Miranda logró escapar, pero quedaron en manos de los realistas 58 prisioneros que fueron trasladados al Castillo de San Felipe, en Puerto Cabello. Diez de ellos serían ahorcados el 21 de julio; los demás sufrirían prisión por más de diez años. Uno de los ahorcados y descuartizados fue el impresor norteamericano Miles L. Hall, quien por tal razón ha sido considerado como el primer mártir de la imprenta en Venezuela. Con Miranda viajaban 6 tipógrafos.....y la imprescindible imprenta.
No se da por vencido el bravo general que acaba de cumplir 56 años de edad. Con una expedición aumentada ahora a 11 buques y 300 hombres de desembarco, llega a las costas de Coro el 1º de agosto de 1806. En la madrugada del día 3, mientras los buques descargaban su artillería, Miranda y sus hombres se precipitan a tierra. ¡Hacía 35 años que Miranda no pisaba tierra venezolana! Ese mismo día, en lo alto del Fortín de la Vela, hace flamear por primera vez nuestra bandera en territorio venezolano.
Durante cuatro años Miranda soportó vejaciones y torturas en la fortaleza de “La Carraca”, en Cádiz. En ese tiempo se mantuvo firme en sus convicciones independentistas. Cuando planeaba su fuga a Gibraltar un ataque de apoplejía le quitó la vida el 14 de julio de 1816.






Juramento Estudiantil ante la Bandera Nacional


PROMESA
¡Bandera Mía!
¡Mi Patria eres tú!
Y la Patria es la tierra: ¡Venezuela!
Es el Llano, son los Andes, es el Mar que nos rodea.
Es la Selva y sus riquezas.
Son sus ríos.
Son sus hombres, sus mujeres y sus niños.
Es su música.
Es la Lengua Castellana en que te hablamos.
Es la Historia que es Bolívar.
¡Son mis padres, mis hermanos, mis amigos, mis maestros!.
Aquí vengo reverente,
El cariño, el respeto y la adhesión que te debemos
¡Porque eres, mi Bandera, todo eso! Y eres más.
Te prometo, cada día, ser mejor:
Estudiar con dedicación.
Ser honesto y capaz.
Contribuir a tu grandeza
Y elevar, hasta el cielo,
Esas franjas amarilla, azul y roja
¡Y entregarle siete estrellas que le faltan!

JURAMENTACIÓN
Maestro: ¡Joven venezolano
que de la Bandera has hecho
una imagen de la Patria!
¡Has hecho una promesa!

¿Juras cumplirla?
Estudiantes: ¡Juramos!



Luisa Cáceres de Arismendi


Luisa Cáceres de Arismendi:

Luisa Cáceres de Arismendi (Caracas, 25 de septiembre de 1799 - Caracas, 28 de junio de 1866). María Luisa Cáceres Díaz (conocida por la historia como Luisa Cáceres de Arismendi) es uno de los personajes femeninos más insignes y heroína de la gesta de independencia de Venezuela. Esposa del General Juan Bautista Arismendi. 

Biografía:

Luisa Cáceres De Arismendi nace en Caracas - Venezuela el 25 de septiembre de 1799, hija primogénita del matrimonio formado por el distinguido pedagogo José Domingo Cáceres, de origen canario, y su esposa Doña Carmen Díaz, fue bautizada en la Iglesia Santa Rosalía. Su padre fue profesor de latín, se ocupó de enseñarle a leer y escribir, así como los principios y normas morales puestos a prueba durante los años de cautiverio y destierro de la joven patriota. Tuvo dos hermanos que la seguían, se llamaban Félix y Manuel Cáceres.
Es educada para ejercer el sagrado ministerio de esposa y de madre. Por el atraso en que se encontraba la instrucción pública Colombiana de 1813 en esa época, su espíritu no fue cultivado, aprendiendo solamente a leer y a escribir y todas aquellas normas de sociabilidad que trasmitían los padres a los hijos desde lejanos tiempos. Pero a pesar de su escasa instrucción Luisa pudo elevarse a su destino y perfeccionarse moralmente durante su infancia.
Desde muy temprana edad Luisa Cáceres se distinguía por su hermosura. De estatura mediana y bellas facciones, llamaba la atención por su porte y gentileza. En el año de 1814, antes de cumplir los quince años de edad fue solicitada en matrimonio ante sus padres por un joven patriota, el entonces Coronel Juan Bautista Arismendi, viudo hacía pocos años de Doña María del Rosario Irala.

 
  
 Tragedia familiar: 
Gral. Juan Bautista Arismendi. Esposo de Luisa Cáceres de Arismendi. Óleo de Martín Tovar y Tovar 1874
El año de 1814 fue un año adverso para la naciente República y también para la familia Cáceres; el 6 de marzo las tropas del realista Francisco Rosete asaltaron la guarnición de Ocumare y matan al padre de Luisa quien se encontraba allí por invitación de su amigo el comandante Juan José Toro. La Comandancia Militar, en Caracas, a cuyo frente se encontraba el coronel Juan Bautista Arismendi, organiza una expedición de jóvenes estudiantes y acude el día 14 en auxilio de los patriotas sitiados en Ocumare; entre los soldados de la expedición estaba Félix Cáceres, hermano de Luisa. Las tropas de Arismendi son derrotadas y Félix es hecho prisionero y ejecutado el 16 de marzo.
Por otra parte las sucesivas derrotas y la ofensiva de José Tomás Boves y de su “Legión infernal” obligan a las fuerzas patriotas a abandonar la plaza de Caracas; el 7 de julio de 1814 se emprende la retirada a oriente comandada por Simón Bolívar y José Félix Ribas (hecho conocido en la historia venezolana como Emigración a Oriente); entre los emigrados marcha la familia Cáceres, durante la travesía mueren 4 tías de Luisa y sólo quedan ella, su madre y un hermano menor. Los emigrados pasan por Barcelona y se dirigen a Cumaná a donde llegan a fines de agosto, pero la calma será por poco tiempo ya que Boves toma la ciudad.
Muchos de ellos consiguen pasar a Margarita donde Arismendi puede ofrecerles alguna seguridad. El coronel Arismendi busca a la familia Cáceres, a quienes había conocido y frecuentado por algún tiempo en Caracas en la Navidad de 1813, les proporciona vestido, alojamiento y demás recursos necesarios. El día 4 de diciembre de 1814 Luisa Cáceres contrae matrimonio con el coronel Juan Bautista Arismendi.


Presidio en La Isla de Margarita:    

Para el año de 1815 Arismendi es Gobernador provisional, momento en que a la isla de Margarita arribó El General Realista Pablo Morillo al frente de una escuadra como jamás nunca se había visto en las costas de Venezuela. El acoso español se inició por todo el territorio de la república, durante algunos meses viven en las afueras de La Asunción bajo el espionaje y la presión que las autoridades españolas mantienen sobre los simpatizantes de la causa patriota en la isla. En septiembre de 1815 se ordena apresar a Arismendi, éste escapa y se oculta con uno de sus hijos en las montañas de Copey; el día 24 de septiembre Luisa, quien se encontraba embarazada, es tomada como rehén para doblegar a su esposo y encerrada bajo la vigilancia en la casa de la familia Amnés, días después es trasladada a un calabozo del Castillo Santa Rosa en la Asunción. Es en ese calabozo oscuro y sin luz de la fortaleza que comienza el suplicio de Luisa por el maltrato y vejámenes cometidos por las tropas españolas ante los cuales nuestra heroína nunca cederá. Un centinela vigila hasta sus menores movimientos, y es obligada a comer el rancho que le dan como único alimento. Luisa permanece sentada noche y día sin moverse para no llamar la atención del celador. Un día el capellán de la fortaleza de regreso de sus oficios pasa por su puerta y se queda contemplando aquella mujer en actitud de vencida, de humillada. Movido a compasión por su estado logra que le lleven comida de su propia casa, que le supriman el centinela y que le coloquen una luz que ilumine el calabozo durante la noche.


Castillo San Carlos de Borromeo:
Las acciones militares de Arismendi le permiten hacer prisioneros a varios jefes españoles entre ellos al comandante Cobián, de la fortaleza de Santa Rosa por lo cual el jefe realista Joaquín Urreiztieta propone a Arismendi canjear esos prisioneros por su esposa, tal ofrecimiento no es aceptado y el emisario recibe por respuesta: «Diga al jefe español que sin patria no quiero esposa». A partir de aquel momento empeoran las condiciones del cautiverio y se desvanece la posibilidad de libertad al fracasar los patriotas en un intento de asalto de la fortaleza. Habiendo trascurrido un mes desde su prisión oye una noche una gran alarma y se da cuenta de que se prepara un asalto al cuartel. La lisonjea la esperanza de un triunfo de los suyos pero al amanecer, cuando todo está en calma, sólo oye los lamentos de los moribundos y de los heridos de la refriega. Horas más tarde los soldados la sacan de su prisión para pasearla sobre la explanada del cuartel, donde han sido fusilados los infelices prisioneros. Luisa tiembla ante la idea de que ella también va a ser sacrificada, pero estaba equivocada: el objeto de sus verdugos era que se paseara por sobre los cadáveres de los patriotas fusilados, que caminara por sobre aquellos cuerpos sin vida que habían tenido la osadía de querer libertarla. La sangre derramada va a desembocar en el aljibe de la prisión y a Luisa la obligan a calmar su sed con aquella agua putrefacta y pestilente mezclada con la sangre de los suyos. El 26 de enero de 1816, Luisa da a luz una niña que muere al nacer dadas las condiciones del parto y del calabozo en el cual se encontraba prisionera.

Traslado a la prisión de la Guaira

Los brigadieres Juan Bautista Pardo y Salvador Moxó ordenan que se traslade a la detenida al fortín de Pampatar donde permanece algunos días, luego es trasladada a la prisión de La Guaíra y posteriormente al convento de la Inmaculada Concepción en Caracas, donde ingresa como prisionera el 22 de marzo de 1816. Durante todo este tiempo se le mantiene incomunicada y sin noticias de sus familiares. Los triunfos de las fuerzas republicanas comandadas por Arismendi en Margarita y por el general José Antonio Páez en Apure determinaron que el brigadier Moxó ordenara el traslado de Luisa a Cádiz, por tal razón es llevada de nuevo a la prisión de La Guaira el 24 de noviembre de 1816 y embarcada el 3 de diciembre. En alta mar son atacados por un buque corsario que se apodera de todo el cargamento y los pasajeros son abandonados en la isla de Santa María en las Azores.

Estancia en Cádiz:

Imposibilitada de regresar a Venezuela, Luisa llega a Cádiz el 17 de enero de 1817. Es presentada ante el capitán general de Andalucía, quien protesta por la arbitraria decisión de las autoridades españolas en América y le da la categoría de confinada, le asigna una pensión de 10 reales en vellón diarios y confía su protección al médico José María Morón y su esposa Concepción Pepet, luego que pagan una fianza y se comprometen a presentarla mensualmente ante el juez de alzada. Durante su permanencia en Cádiz, se negó a firmar un documento donde manifestaba su lealtad al Rey de España y renegaba de la filiación patriota de su marido a lo cual respondió que el deber de su esposo era servir a la patria y luchar por libertarla. El destierro transcurre sin noticias de su madre y su esposo. En marzo de 1818 el teniente Francisco Carabaño y el inglés Mr. Tottem se ofrecen para ayudarla a trasladarse a América; se hacen todos los preparativos pertinentes para la fuga y la joven promete que su esposo pagará todos los gastos al arribar a tierra margariteña. Se despide de la familia Morón y emprende viaje a bordo de una fragata de bandera norteamericana.

Llegada a Filadelfia:

El 3 de mayo de 1818 llega a Filadelfia donde conoce a la familia del almirante patriota Lino Clemente, emigrados a Estados Unidos, quienes le brindan amistad y apoyo. El coronel Luis Rieux, comisionado por Arismendi, visita a Luisa y se encarga de su traslado a Margarita a donde llega el 26 de julio de 1818. Posteriormente, el 19 de septiembre de 1819, el Consejo de Indias dicta una resolución mediante la cual se le concedía absoluta libertad y facultad de fijar su residencia donde quisiera. Residió en Caracas hasta el día de su muerte el 2 de junio de 1866, después de haber visto a su patria libre y la bandera de la libertad ondeando en la América antes española.

  



HONORES:                                                                                  

Sus restos fueron trasladados al Panteón Nacional el 24 de agosto de 1876 convirtiéndose en ser la primera mujer cuyos restos reposan en el más alto altar de la Patria.
En la actualidad en la ciudad de Caracas un instituto técnico tiene su nombre "Instituto Técnico Luisa Cáceres de Arismendi"
En la ciudad de la Asunción capital del Estado Nueva Esparta existe la plaza Luisa Cáceres de Arismendi.
Su busto es la imagen del billete de 20 bolívares fuertes (BsF. 20) en el sistema monetario actual de Venezuela.
Existe el Hospital Pediátrico Luisa Cáceres de Arismendi, en el Complejo Hospitalario .    José Ignacio Baldo en Caracas   









 Manuela Sáenz.jpg
Manuela Sáenz:



Manuela Sáenz Aizpuru (* Quito, Ecuador; 27 de diciembre de 1797 - † Paita, Perú; 23 de noviembre de 1856) fue una patriota ecuatoriana y compañera sentimental de Simón Bolívar, reconocida por la historiografía independentista hispanoamericana contemporánea como heroína de la Independencia de América del Sur. Es conocida también como Manuelita Sáenz y como «Libertadora del Libertador» (en referencia a Simón Bolívar).
Criticada, denigrada e ignorada y desterrada por sus contemporáneos y aún décadas después de su muerte, sólo a mediados del siglo XX Manuela Saenz empezó a ser reivindicada como heroína y prócer en la gesta de la independencia o como precursora del feminismo en Latinoamérica. En todo caso, casi dos siglos después de su muerte, es un personaje que continúa aún despertando odios o amores y ocasionando debates o controversias.






Niñez y adolescencia: Biografía:

Hija del hidalgo español Simón Sáenz Vergara y de la criolla María Joaquina de Aizpuru, nació en Quito el 27 de diciembre de 1797, aunque algunas fuentes citan el año de 1795. Su madre —que había sido enviada a la hacienda Cataguango, propiedad de los Aizpuru, a dar a luz— murió, según unas versiones, al día que nació Manuela o, según otras, dos años más tarde, por lo cual Manuelita fue entregada al Convento de las Monjas Conceptas (Real Monasterio de la Limpia e Inmaculada Concepción), en el que pasó sus primeros años bajo la tutela de su superiora, sor Buenaventura.
Se sabe que por sus talentos y dones especiales su padre la llevó de visita a la casa que compartía con su esposa, doña Juana del Campo y Larraondo, ilustre dama nacida en Popayán, quien siempre trató a la niña con cariño y le enseñó buenas costumbres, fomentó su interés por la lectura y le prodigó afectuosos cuidados de madre. En esa casa nació un profundo lazo de amor con su hermano de padre, José María Sáenz. A las negras Natán y Jonatás las conoció en los primeros años de su vida, cuando salía del internado para pasar unos días en Cataguango, por lo que les unió una amistad que se inició en la niñez y fueron sus inseparables amigas y compañeras.
Luego de haber completado su formación con las monjas conceptas, pasó al monasterio de Santa Catalina de Siena (Quito), de la Orden de Santo Domingo, para concluir así con la educación que en ese tiempo se impartía a las señoritas de las más importantes familias de la ciudad. En ese lugar, aprendió a bordar, a elaborar dulces y a comunicarse en inglés y francés, habilidades y labores que fueron con las que se mantendría en sus años de exilio en Paita (Perú).
A los 17 años, huyó del convento, en un episodio del que se sabe pocos detalles y del cual ella no hablaba, pues al parecer fue seducida y luego abandonada por Fausto D’Elhuyar, oficial del Ejército Real, sobrino de Juan José Elhúyar e hijo de Fausto Elhúyar (los descubridores del tungsteno).

Matrimonio y conspiración libertadora:

En diciembre de 1816, Manuela, a la edad de 19 años, conoció en Quito a James Thorne, acaudalado médico inglés veintiséis años mayor que ella, y Simón Sáenz, su padre, como era costumbre en la época y por razones de conveniencia, pactó su boda para julio de 1817. La boda se celebró en Lima, entonces capital del Virreinato del Perú, ciudad que no conocía las condiciones «ilegítimas» de su nacimiento, por lo cual Manuelita fue aceptada en el ambiente aristocrático de la ciudad virreinal como ya había sucedido con Rosa Campuzano, la guayaquileña con quien Manuela hizo gran amistad y se involucró de lleno en actividades políticas, en una evidente atmósfera de descontento con las autoridades españolas, en la cual las mujeres ejercían una gran influencia en los círculos virreinales para conseguir empleos a sus padres, esposo e hijos, por lo que estaban informadas de los acontecimientos en el virreinato, siendo esta una de las razones que explican la decidida participación femenina en los movimientos revolucionarios, apoyando la causa de Bolívar por liberar la Nueva Granada y de San Martín por independizar el Perú. En este ambiente, Manuela contribuyó decididamente en el cambio del Batallón Numancia, del cual formaba parte su hermano José María, hacia las filas patriotas.
Por sus actividades pro independentistas, San Martín, luego de haber tomado Lima con sus milicianos y proclamado su independencia el 28 de julio de 1821, le concedió a Manuela el título de Caballeresa de la Orden El Sol del Perú.
En 1821, a raíz de la muerte de su tía materna, Manuela decidió regresar al Ecuador, para reclamar su parte de la herencia de su abuelo materno, y viajó con su medio hermano, entonces oficial del batallón Numancia, ya integrado al ejército libertador con el nombre de Voltígeros de la Guardia y bajo las órdenes del general Antonio José de Sucre, que había recibido la orden de trasladarse a Quito.


                                                                                 Encuentro con Bolívar:


Durante la entrada triunfal de Simón Bolívar a Quito, el 16 de junio de 1822, Manuela Sáenz de Thorne lo ve por primera vez, en un evento narrado por ella en su diario de Quito:
Cuando se acercaba al paso de nuestro balcón, tomé la corona de rosas y ramitas de laureles y la arrojé para que cayera al frente del caballo de S. E.; pero con tal suerte que fue a parar con toda la fuerza de la caída, a la casaca, justo en el pecho de S. E. Me ruboricé de la vergüenza, pues el Libertador alzó su mirada y me descubrió aún con los brazos estirados en tal acto; pero S. E. se sonrió y me hizo un saludo con el sombrero pavonado que traía a la mano.
Manuela Sáenz
En un encuentro posterior, en el baile de bienvenida al Libertador, él le manifiesta: «Señora: si mis soldados tuvieran su puntería, ya habríamos ganado la guerra a España». Manuela y Simón Bolívar se convirtieron en amantes y compañeros de lucha durante ocho años, hasta la muerte de éste en 1830.


Retrato de Manuela Sáenz.
Los años turbulentos:

En 1823 Manuelita acompañó a Bolívar al Perú y estuvo a su lado durante buena parte de las campañas, participando en ellas activamente, hasta culminar la gesta libertadora cuando se radicaron en la ciudad de Santa Fé de Bogotá. Durante su estancia en esa ciudad, el 25 de septiembre de 1828, Bolívar fue objeto de un intento de asesinato, frustrado gracias a la valiente intervención de Manuelita. Los enemigos de Bolívar habían conjurado para darle muerte aquella noche de septiembre. Al entrar al palacio de San Carlos (hoy día sede de la Cancillería de Colombia), frente al Teatro Colón, Manuela se da cuenta del atentado, y se interpone a los rebeldes, con el fin de que Bolívar tuviera tiempo de escapar por la ventana. En esta casa se colocó una placa con las siguientes palabras:

"SISTE PARUMPER SPECTATOR GRADUM / SI VACAS MIRATORUS VIAM SALUTIS
QUA SESE LIBERAVIT / PATER SALVATORE PATRIAE / SIMON BOLIVAR / IN NEFANDA NOCTE SEPTEMBRINA
AN MDCCCXXVIII"1
"DETENTE, ESPECTADOR, UN MOMENTO / Y MIRA EL LUGAR POR DONDE SE SALVÓ / EL PADRE Y
LIBERTADOR DE LA PATRIA / SIMÓN BOLÍVAR / EN LA NEFANDA NOCHE SEPTEMBRINA
1828"
Por estas acciones, Bolívar mismo la llamó la Libertadora del Libertador.
Thorne en varias ocasiones pidió a Manuela que volviera a su lado. La respuesta de Manuela fue contundente: seguiría con Bolívar y daba por finalizado su matrimonio con el inglés. En alguna ocasión, consultada sobre el rompimiento con su marido, Manuelita expresó que no podía amar a un hombre que reía sin reír, que respiraba pero no vivía y que le generaba las mas agrias repulsiones. Este comportamiento "indecente" para una mujer de la época marcó un antecedente de autodeterminismo en la mujer en una época donde eran reprimidas por una sociedad que las anulaba completamente; en este acto esta quizás una de las características más interesantes de este personaje histórico.

Exilio y muerte:
Después de que su dimisión a la presidencia fuera aceptada, Bolívar abandonó la capital el 8 de mayo de 1830 y falleció en diciembre en la ciudad de Santa Marta producto de la tuberculosis, sumiendo a Manuela en la desesperación. En 1834, el gobierno de Francisco de Paula Santander destierra a Manuela de Colombia y ella parte hacia el exilio en la isla de Jamaica. Regresa a Ecuador en 1835, pero no alcanza a llegar a Quito: cuando se encontraba en Guaranda, su pasaporte fue revocado por el presidente Vicente Rocafuerte, por lo que decidió instalarse en el pueblo de Paita, al norte del Perú.2 Allí fue visitada por varios ilustres personajes, como el patriota italiano Giuseppe Garibaldi, el escritor peruano Ricardo Palma (que se basó en sus relatos para redactar parte de sus Tradiciones peruanas) o el venezolano Simón Rodríguez. Durante los siguientes 25 años se dedicó a la venta de tabaco, además de traducir y escribir cartas a los Estados Unidos de parte de los balleneros que pasaban por la zona, de hacer bordados y dulces por encargo.
En 1847, su esposo murió asesinado, siendo incapaz de cobrar ni siquiera los 8.000 pesos de la dote entregada por su padre al momento de su matrimonio.
Manuela falleció el 23 de noviembre de 1856, a los 59 años de edad, durante una epidemia de difteria que azotó la región.3 Su cuerpo fue sepultado en una fosa común del cementerio local y todas sus posesiones, para evitar el contagio, fueron incineradas, incluidas una parte importante de las cartas de amor de Bolívar y documentos de la Gran Colombia que aún mantenía bajo su custodia. Manuela entregó a O’Leary gran parte de documentos para elaborar la voluminosa biografía sobre Bolívar, de quien Manuela dijo: «Vivo adoré a Bolívar, muerto lo venero».



Integrantes:
Arias Oslymar
Calderón  Anamer



Próceres y heroínas de Venezuela

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